domingo, 13 de mayo de 2012

EL VIEJO MERCADO DEL REAL

Fundados los barrios del Real e Hipódromo al final de la campaña de 1909, el crecimiento de la población fue tan rápido que al poco tiempo comenzaron a oírse voces reclamando un mercado para ambos barrios. Su población tenía que desplazarse hasta el mercado del Mantelete para hacer sus compras, una distancia tan grande para aquella época que incluso algunos vecinos, con evidente sorna, hablaban de “ir a Melilla a comprar”.

Por fin la Junta de Arbitrios escuchó las voces, y en sesión del 15 de octubre de 1910, puso en el orden del día la necesidad de un mercado para los barrios exteriores, al que se añadiría un centro de vigilancia y policía urbana, así como un  material para la extinción de incendios del que carecían aquellos.

Mercado del Real (1918)

Como la construcción de un edificio para la instalación de un mercado estaba fuera de las posibilidades económicas del órgano municipal, se sugirió (propuesta que ya se había hecho con anterioridad) se solicitara de la autoridad militar la cesión del inoperante zoco-fondak, en las cercanías, que, con una sencilla adaptación, podía servir para aquel objeto. La respuesta fue negativa.

La oportunidad  llegó cuando, autorizada la empresa del cine Victoria a sustituir el barracón que utilizaba por un edificio de nueva planta, la Junta de Arbitrios tomó aquel en alquiler, llevándolo al barrio del Hipódromo, donde quedó instalado en febrero de 1911. Allí se dividió el interior en varias casetas y se perforó un pozo en el centro. Para sorpresa del órgano municipal, el mercado no tuvo el éxito que se esperaba; fue muy poca le gente del Hipódromo y Real que acudía a los escasos puestos que fueron solicitados, de tal forma que, incluso, tuvo que rebajar los arbitrios que se abonaban por su concesión. A ello se unió la protesta de los adjudicatarios por la prohibición del uso del agua del pozo, ya que, tras su análisis, se demostró que no reunía las condiciones higiénicas necesarias.

La población  de ambos barrios fue aumentando y hubo un momento en que ya no se podía dilatar más la demora en la construcción de un nuevo mercado con las obligadas garantías higiénicas.

En junio de 1915 el arquitecto municipal hizo un estudio previo, que, terminado y enviado al Ministerio de la Guerra, fue aprobado por Orden Circular de 9 de octubre de 1915. El proyecto definitivo, del capitán Ramón Abenia González,   se aprobó en sesión del 12 de enero de 1916.

El proyecto constaba de cuatro grupos de casetas con doble marquesina de hierro, una de ellas exclusiva para pescadería, siendo esta de piedra artificial para facilitar la limpieza diaria. Cada uno de los tres grupos restantes contenía 18 casetas. Tenía dos locales independientes, uno para alojamiento del conserje y otra para el repeso.  Se habilitó un espacio para los vendedores transeúntes, a quienes había recurrido la población local hasta entonces. El mercado estaba previsto no solo para los barrios del Real e Hipódromo, sino también para los de Triana, Tesorillo e Industrial.
El solar para la obra fue cedido por la Compañía Española de Minas del Rif.

Mercado del Real (1920)

Las obras se subastaron el 18 de febrero de 1916 y le fueron adjudicadas  a Francisco Bueno, quien las comenzó un mes más tarde.

Fueron inauguradas el 1 de noviembre de 1916.

El mercado del Real cumplió su función durante un tiempo, aunque en su transcurso hubo que hacer continuas obras de mantenimiento. Diez año más tarde  la propia Junta Municipal lo calificaba  (Memoria 1927-1930) de “impropio de una ciudad moderna”. Se gestaba ya la construcción de un nuevo mercado.

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