miércoles, 1 de diciembre de 2010

RADA O PUERTO DE MELILLA (Agosto 1909)

  Rada de Melilla, agosto de 1909

Declarado de interés general por Ley del 7-5-1902 (complementada años más tarde por el Real Decreto-Ley de 24-2-1928), el puerto era una cuestión vital para la ciudad de Melilla y su construcción se había retrasado cerca de dos siglos, tiempo durante el cual los sucesivos gobernadores habían clamado inutilmente por su urgente necesidad.
El que fuera ministro de Alfonso XIII, Miguel Villanueva, fue factor decisivo para que,  aun con indecisiones y faltas de consignación, llegara a hacerse una realidad.  Villanueva había llegado a Melilla, en una de sus frecuentes visitas, en enero de 1904, interesándose inmediatamente por el puerto, que le pareció de suma importancia para la ciudad. En un discurso pronunciado en la Asociación Mercantil afirmaba: El puerto de Melilla no es una de esas obras hidráulicas, es una obra nacional y si España juega algún papel en las cuestiones africanas, por Melilla ha de comenzar su obra de influencia y civilización.
No es extraño, pues, que en 1908, Pablo Vallescá, presidente de la Cámara de Comercio, solicitara a la Junta de Obras del Puerto que el dique en construcción llevara el nombre de Villanueva.
El 25-3-1904 es nombrado ingeniero director de las obras don Manuel Becerra.
El primer proyecto, efectuado en 1904 y modificado en el tiempo, era del ingeniero-jefe de la JOP de Málaga D. José de Torres Capurión.

El Rey Alfonso XIII con 18 años de edad el 2 demayo de 1904 en el puerto de Melilla

Durante la visita a Melilla en mayo de ese año, el Rey Alfonso XIII coloca la primera piedra en el espigón de la Florentina, en el lugar llamado ensenada de la Galera, y poco después comenzaban las primeras obras.
Tras diversas demoras provocadas por la falta de licitadores, por fin, en marzo de 1907, se adjudican las obras a la Compañía Transatlántica debiendo comenzar las obras antes de seis meses .

Taller de bloques con tranvía transportador al frente, Melilla 1908.

Los bloques comenzaron a construirse el 20-10-1908, pero con motivo de la demora en la llegada de la maquinaria, la lentitud de los trabajos y los temporales, las obras sufrieron un gran retraso en 1908 y1909, y al comenzar la campaña de 1909 quedaron completamente paralizadas.
La fotografía de cabecera que acompaña al texto corresponde al mes de agosto de 1909, y su simple observación pone de manifiesto el desamparo de los buques surtos en la  rada, y la insignificancia de los muelles del comercio y militar para atender las numerosas necesidades provocadas por la guerra, solventadas gracias a las tripulaciones, las embarcaciones particulares y, sobre todo, el sacrificio de la abnegada Compañía de mar.

LA CÁMARA DE COMERCIO DE MELILLA

Las fotos de Lázaro que acompañan al texto fueron tomadas en Melilla el 25 de julio de 1915 y corresponden a la inauguración del edificio de la Cámara de Comercio local.
 
Según su presidente, Pablo Vallescá, fue el primer edificio de esta clase levantado en España, pues el resto de las Cámaras ocupaban inmuebles cedidos o alquilados.
 
Las Cámaras fueron creadas por Real decreto de 9 de abril de 1886, iniciativa de Montero Ríos, ministro de Fomento, siendo la de Bilbao la primera fundada. Por ley de fecha 29 de julio de 1911 la normativa anterior fue adaptada a los nuevos tiempos. Antecedente de la de Melilla fue la Asociación Mercantil e Industrial, planeada en enero de 1899 y fundada en julio de 1900, en la que fueron figuras destacadas Samuel Salama, Pablo Vallescá y Cándido Lobera, antes de que los dos últimos resultaran incompatibles entre sí; dos recias personalidades con criterios divergentes sobre la ciudad.

 Real decreto de 9 de abril de 1886

La Cámara fue fundada por Real Orden de 26 de septiembre de 1906, absorbiendo a los socios de la anterior Asociación, a pesar de que algunos de ellos no cumplían las condiciones exigidas para formar parte de este tipo de organismos, pero a los que no parecía razonable dejar fuera después de seis años integrados en la Asociación. Fue su primer presidente, el que los era de la Asociación, Pablo Vallescá, propietario, un antiguo médico militar asentado en Melilla desde 1881, y promotor del barrio del Mantelete.

En un principio la Cámara se alojó en un inmueble del Pueblo y más tarde en el edificio de la Junta de Fomento, hoy de la Autoridad Portuaria, lugar en que se encontraba cuando se inauguró su actual sede.

En la Cámara de Comercio de Melilla se creó, en marzo de 1907, la primera biblioteca de Melilla, que hoy, muy ampliada, sigue siendo una de las mejores de la ciudad por la calidad y cantidad de sus fondos. Para nutrirla se pidieron libros a organismos estatales y a particulares. Es muy curiosa la anécdota protagonizada por Pérez Lugín, quien, al pedirle el envío de alguna de sus obras, contestó que dado que él vivía de sus libros, le enviaran a cambio algunos comestibles de los que se vendían en el comercio de Melilla.

Desde su creación fue propósito de la Cámara tener sede propia. Solicitado al ramo de Guerra un solar, en enero de 1913 les fue concedido uno en el centro urbano para construir en él un museo comercial.

El 2 de agosto de ese año, y siguiendo un proyecto de Enrique Nieto, el general Gómez- Jordana, comandante general, colocó la primera piedra del edificio, que se hallaba a espaldas del teatro Kursaal, precedente del actual cine Nacional. 

El edificio comenzó a prestar sus funciones, aún sin terminar, el 14 de noviembre de 1914.

Fue inaugurado por el general Aizpuru, como se dice líneas arriba, a los 10 de la noche del el 25 de julio de 1915, con presencia de la mayoría de los socios y numerosas personalidades de la vida civil y militar de la ciudad.
 
El acto se celebró en el salón de actos, situado en el primer piso, en presencia de un cuadro del Rey, con uniforme de Húsares, obra de Saul Cabrera.
 
Cámara de Comercio, inauguración (1915).

En la foto adjunta se ve la mesa presidencial, con el general Luis Aizpuru en el centro: a su derecha, el Comandante de Marina Espinosa y Pablo Vallescá; a su izquierda, el general Arraiz de la Conderena y el vicepresidente de la entidad Ramón Varea Román, comerciante establecido en la misma calle. Habló en primer lugar Pablo Vallescá, dando las consabidas gracias a todos los que habían colaborado en la obra inaugurada.

A continuación se dirigió a la concurrencia Luis Fernández de Castro, que actuaba como secretario en ausencia de su hermano Rafael, que se hallaba enfermo. Leyó una memoria en la que se hacía pública la historia del organismo. Y finalizó el acto con unas palabras del general Arraiz alusivas al acto.

En el Museo Comercial, instalado en la planta baja del edificio, se presentaron muestras de numerosos comerciantes e industriales españoles, siendo las correspondientes a Melilla las facilitadas por Juan Montes (mosaicos y ferretería), Compañía Española de Minas del Rif (minerales) y Compañía del Norte Africano (minerales).

   Cámara de Comercio (1915).

En la fotografía del edificio, a su derecha, se ve la estructura de madera del antiguo teatro Kursaal, estrenado como salón de recreo en noviembre de 1912, y comenzando a funcionar como cine y teatro a fines de 1913. El 1 de julio de1937, y debido a la presión ambiental de los nuevos tiempos “y queriendo huir de nombres contrarios a nuestro rico idioma” cambió su nombre por el de Cine Nacional.