lunes, 9 de noviembre de 2009

WATERPOLO EN MELILLA


Water Polo, Melilla 27 de  julio de 1919

No parece que el waterpolo sea un deporte que haya tenido ni tenga muchos practicantes o seguidores en Melilla. Es por eso que llama más la atención el entusiasmo con que los pioneros de esta práctica deportiva dieron sus primeros pasos, y es más llamativo aún que tengamos que remontarnos tan lejos como el año 1918 para encontrarlos.

El primer partido de waterpolo se celebró, un 29 de agosto de 1918, en el ángulo que el muelle Villanueva forma con los llamados muelles de ribera, que entonces todavía estaban en obra.

No escogieron precisamente el mejor día, que se había levantado con marejada y lluvia persistente.

La celebración de tan sugestivo acontecimiento deportivo sería presidida por el Comandante General de entonces, General Aizpuru, acompañado de su familia. Para acoger a tan distinguidos invitados, el acreditado comerciante D. José Gómez, los consignatarios de buques señores Santamaría (de los Correos de África) y Tintoré (de la compañía  de su nombre), y el teniente auditor de 2ª señor Dusmet Arizcún, habían levantado una artística caseta en el muelle Villanueva, ornada con plantas llevadas del Jardín Valenciano, un bonito vivero, propiedad del señor Santamaría, instalado en 1916 en las cercanías del fuerte Reina Regente.

Como era de obligación, desde el primer momento se contó también con la colaboración inestimable del comandante de Marina señor Gener  y el director de la Junta de Fomento señor Álvaro Bielza

Las sillas para el público asistente fueron facilitadas por la Asociación General de Caridad, que tenía en este útil mueble una de sus principales fuentes de financiación, y colocadas  en la parte delantera del dique y de los muelles de ribera.

El Gandía, el correo de las menores, atracado en las cercanías, fue empavesado y puesto a disposición del público como excelente mirador sobre la zona de juego.

Como complemento a tan significado acto, la banda del regimiento Melilla interpretó distintas piezas de su repertorio habitual.

El campo de juego fue demarcado  siguiendo las líneas con  boyerines  y banderas, y la meta también fue indicada con boyerines de distinto color.

Para darle ambiente náutico al espectáculo deportivo, los jugadores aparecieron en escena en botes de remo. Un equipo llevaba gorros de color blanco y sus rivales de color negro, y el cuadro se completaba con  el árbitro y los linesmen, de la guarnición de la plaza, cuyos conocimientos sobre la cuestión son fáciles de suponer.

Ganaron los blancos por tres a cero, entre cuyas filas destacaron el médico 2º del Regimiento de San Fernando,  Isidro Garnica, y el ya mencionado Teniente auditor Dusmet.

Por los negros fueron muy aplaudidos los señores Bernardi, del comercio local, y De Miguel.
Según EL TELEGRAMA, la semilla estaba echada, y era de esperar que tuviera continuidad. Para dar ejemplo la Compañía de Mar formaría un equipo permanente.

Pero hay que remontarse al año siguiente para encontrarnos con un espectáculo deportivo de la misma entidad.

A beneficio de la Asociación de Caridad, el 27 de  julio de 1919 se jugó un partido de water-polo, aproximadamente en el mismo lugar donde se había celebrado el anterior, esta vez presidido por el General Monteverde.

También los vapores correos de Málaga y las menores, JJ, Sister y Gandía , se llenaron de gente, gracias a la benevolencia del Sr. Santamaría, e igualmente se llenaron el espaldón del puerto y los muelles de ribera.

La banda de música del regimiento Melilla, indispensable en cualquier acto de relevancia en Melilla, interpretó sus más populares piezas musicales. 

Primero hubo un partido infantil, de negros y blancos, y a continuación jugaron los talludos, con los mismos colores, partido al que pertenece la fotografía adjunta, inserta en la revista MUNDO GRÁFICO.

Por los blancos destacó Oliva, y por los negros Goudie
Partido un tanto bronco, con protestas por parte de ambos equipos motivadas por su disconformidad con algunos de los goles subidos al marcador, dados por buenos por el discutido referee.

Los blancos se retiraron protestando por el último gol marcado por el señor Goudie, por lo que finalmente se dio el triunfo a los negros por dos a uno. Un espectáculo poco edificante y que yo no se si influyó en el olvido  a que el waterpolo fue condenado, al menos como gran espectáculo público.

Pero el fin social que se pretendía se consiguió, que era lo más importante, y las 215 pesetas recaudadas se repartieron entre la Asociación General de Caridad y la Sociedad de Salvamento de Náufragos, esta segunda la más antigua Asociación benéfica de Melilla ,pues fue fundada en 1890.

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