Con anterioridad a la creación de la primera empresa de autobuses urbanos en Melilla circulaban por la ciudad unas camionetas de modelo anticuado, de propiedad particular, que, sin regulación normativa alguna, prestaban el servicio público de comunicaciones entre el centro urbano y los barrios exteriores.
Al crearse, por Real Decreto de 14 de febrero de 1927, la Junta Municipal, sucesora de la anterior y anómala Junta de Arbitrios, aquella puso en vigor un reglamento para el servicio de autobuses. Este reglamento no concedía líneas en exclusiva, con el fin- al decir de la propia Junta- de fomentar la competencia.
La Compañía Ómnibus Automóviles de Melilla (OAMSA) se constituye el 24 de mayo de 1927, estableciendo una rede autobuses urbana con servicios combinados, que funcionaban entre las 6 de la mañana y la 2 de la madrugada. Cobraba 15 céntimos por trayecto. Tenía sus oficinas en el nº 9 de la calle General Marina y el garaje en la llamada huerta de Belmonte.
Sucesora de las antiguas camionetas, la compañía de autobuses llamada LA UNION entró en competición con la anterior, promoviéndose una serie de incidentes que culminaron en un acuerdo entre ambas, quedándose la segunda con la línea entre la Plaza de España y el barrio del Real.
La OAMSA amplió sus servicios al exterior de la ciudad haciéndose cargo de las comunicaciones públicas por carretera entre Melilla y la ciudad marroquí de Uxda. Como dato curioso, el trayecto entre ambas ciudades se cubría en seis horas y media, , cuando hoy se hace en dos horas sin ninguna dificultad.
Autobús de la Cooperativa Obrera Automovilista (1935)
A la llegada de la Republica comenzaron los problemas laborales entre la dirección de la OAMSA y los trabajadores de la plantilla, hasta el punto que la dirección de la empresa, en septiembre de 1931, llegó a proponer la disolución de la misma. En aquella época era presidente Rafael Álvarez Claro y secretario el farmacéutico Emilio Sánchez Ferrer. En el mes de octubre siguiente, en plena huelga de sus operarios, se produce la muerte de un obrero por la Guardia Civil.
Entra la compañía en un proceso de declive que llega incluso, en abril del año siguiente, a clausurar el servicio de transporte de viajeros por ser ruinoso para la empresa, proponiéndose que el Ayuntamiento se hiciera cargo del servicio. Aunque este se reanuda, las pérdidas de la compañía, lo hacen inviable, y en octubre de 1932 el Ayuntamiento estudia la municipalización del transporte urbano, aunque, viendo sus dificultadas, terminó renunciando a la propuesta.
La OAMSA cesa, finalmente, en el servicio, el 7 de enero de 1933, por dificultades económicas insuperables, dejando a 104 obreros en el paro.
Para dar continuidad a la empresa los propios obreros se constituyen en cooperativa unos días más tarde, haciéndose cargo del material automovilístico que la empresa les cede como pago de las indemnizaciones a que tenían derecho.
De esta forma surge la COMPAÑÍA OBRERA AUTOMOVILISTA (COA), cuyo autobús vemos en la fotografía adjunta, en la parada de la Plaza de España. Un año más tarde cesa igualmente LA UNION en la línea al barrio que del Real, haciéndose cargo la COA del servicio.
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